De Aetatibus Mundi Imagines es una obra de Francisco de Holanda (1517-1584), que se conserva en Madrid, en la Biblioteca Nacional de España, bajo la signatura Dib.14–26.

Este tesoro bibliográfico es un original de 178 páginas, totalmente dibujadas, con la técnica de gouaches y aguadas, sobre papel verjurado con marcas de agua. Tiene unas dimensiones de 43 x 30 cm. La encuadernación es en terciopelo de seda natural carmesí.

El manuscrito esconde una fina ironía sobre nuestra realidad temporal. La eternidad es el único enemigo capaz de vencer al tiempo. La vida es un paso transitorio, un mundo cuajado de grises. En contraposición, la eternidad es una vida en color, es un mundo perfecto. Es un libro lleno de deslumbrantes imágenes, cargadas de referencias históricas, arqueológicas, arquitectónicas, teológicas y alegorías con un vigor y una fuerza que cuesta creer que fueran hechas en el S.XVI.

“Francisco de Holanda pasó a ocupar para siempre un lugar al lado del gran Miguel Ángel. Un lugar pequeño, minúsculo sin lugar a dudas, pero suyo, tan exclusivamente suyo que, aunque es cierto que se puede hablar o escribir con la máxima minuciosidad sobre Miguel Ángel sin que sea necesario citar a Francisco de Holanda, lo contrario resulta imposible ya que no se puede hablar o escribir sobre Francisco de Holanda sin que Miguel Ángel se nos presente en persona, tanto en las palabras que dice, el tono con el que las pronuncia o el estado de ánimo que transmite al hablar o al callar.

Francisco de Holanda estuvo en el Vaticano de la mano de Miguel Ángel. El destino ha querido que regresara allí 475 años más tarde. No él (imposible) sino con una reproducción de su obra entregada como regalo institucional del gobierno de España a Su Santidad el Papa Francisco I.