BiblioGemma se dedica a la reproducción de manuscritos en edición facsímil elaborados con la más alta calidad de fabricación y de encuadernación. Toda nuestra producción se realiza íntegramente en España.
Los vendedores de libros ya son mencionados a finales del siglo V a.C. De la información que nos ha llegado se deduce que el oficio de librero se desarrolló plenamente en la Roma Clásica y que ya entonces no tenía muy buena reputación. Por vocación y por amor al libro, somos vendedores de libros aun a costa de estos antecedentes.
En esta misma Roma se podían encontrar copias de lujo, generosamente decoradas, de los autores clásicos. Empieza allí también la edición ya no en papiro en forma de rollo sino en pergamino con forma de códice; tal y como conocemos hoy el libro.
RINCÓN DE ARISTÓTELES
BiblioGemma quiere dar un pequeño homenaje a uno de los hombres más ilustres y sabios de todos los tiempos, además de ser un gran amante de los libros: Aristóteles. Si se registra como usuario, podrá acceder al Rincón de Aristóteles, donde encontrará información exclusiva de nuestras obras, descuentos y facsímiles de segunda mano garantizados.
¿Por qué Aristóteles? Porque dicen los historiadores que él fue el primer gran bibliófilo de la humanidad; reunió una extensa biblioteca personal y fue el primero en organizarla. Tan importante debió ser esta labor, que se conserva una referencia de Estrabón sobre ese amor a los libros de Aristóteles: “Fue el primero en reunir una colección de libros y en enseñar a los reyes de Egipto, los Ptolomeos, a organizar una biblioteca”. Aclaremos este aparente anacronismo. Aunque Aristóteles muere en el 322 a.C., y la dinastía Ptolemaica no aparece hasta el 305 a.C. existe sin embargo un nexo de unión, Demetrio de Fálero, discípulo de Aristóteles y amigo personal del primer monarca Ptolomeo. Demetrio bien pudo sugerir la misma organización de la Biblioteca de Aristóteles para la Biblioteca de Alejandría. Sólo un dato: la biblioteca de Alejandría llego a albergar nada menos que 490.000 rollos de papiro.
Como decía Marcial: “Tú, que deseas llevarte mis poemas allá donde vayas, como compañeros de un largo viaje, compra los que en pequeñas páginas oprime el pergamino… Quepo en una sola mano”. Dos mil años después sigue siendo vigente.
